
-- Papá – sus ojos se abren y una sonrisa triste se forma en su rostro, la mirada color caramelo de su niña sigue siendo la misma que vio hace 28 años atrás cuando la colocaron en sus brazos por primera vez y en donde prometió no soltarla jamás.
Se adentra en la habitación, sin dejar de mirarla, para él sigue siendo la misma niña que corría para abrazarlo cuando llegaba del trabajo, sigue siendo la niña que en las noches de tormenta se metía en su cama y se abrazaba a su cuerpo esperando un poco de consuelo y protección. Sigue siendo la misma joven que lo obligaba a acompañarlo a las fiestas para no quedarse sola en la pista de baile, la que solo buscaba llenarlo de orgullo. Y es que no puede dejar esos recuerdos en el aire, no puede borrar la sensación de sentir su pequeña mano agarrando la suya, o su cabeza sobre su pecho o incluso el mismo momento en el que la entrego en el altar, cuando sintió que ella pronto ya no le pertenecería más. Pronto su vaga y cansada mirada se posa en él joven que sentado al lado de la cama arrulla algo entre sus brazos, le recuerda tanto a como era él en el pasado, puede notar ese amor, puede notar el sentimiento en el aire. Puede sentir como la brecha se abre entre su hija y él, por fin la vida de su pequeña niña se ha separado para siempre de la suya, una vida que dedico en cuerpo y alma para ella y para que nunca borrara de su rostro esa sonrisa de princesa de cuentos de hada. Toma aire y lo retiene con algo de tensión, se acerca en silencio y estira sus brazos cuando entre ellos posan un pequeño bulto rodeado por una manta rosa, puede observarla dormir mientras estira sus labios y sus pequeñas y regordetas manos se aferran a la sábana con fuerza, una bebe hermosa que lo transporta años atrás, a cuando entro en la habitación de hospital para darse cuenta de que el niño que siempre había deseado no era otro que una pequeña bebe, una niña que no sería más que su cenicienta.
-- Ya tienes una princesa en tu vida, papá – la escucha hablar, más sus palabras no las asocia con nada, pues lo que su hija acaba de decir no son mas que palabras dichas al vació en un momento sin categoría – Una a la cual cuidar y proteger – mira a la pequeña bebe entre sus brazos y luego posa su mirada en los ojos caramelo de su hija, la misma mirada de su esposa, sonríe cuando ella le mira, entiende lo que dice y no puede evitar sentirse triste, es la manera que tiene su hija de decirle “Gracias” por todo lo que ha hecho por ella, por todo el amor que le ha dado y por jamás haberle negado algo – Una nueva cenicienta.
-- Tú jamás has dejado y nunca dejarás de ser… Mi cenicienta – Murmura con nostalgia, su hija ha comenzado una nueva vida, él mismo la entrego ante la iglesia, él fue el primero en soltar su mano, él fue el que deshizo su eterno abrazo, la dejo volar con libertad y fue quien coloco ante ella las zapatillas de cristal, fue él quien la impulso a buscar la felicidad. Y aun así, ella jamás dejo de ser su cenicienta y aunque duele dejarla ir, esta orgulloso de que tenga su final feliz.
(...)
La canción en la que se basa este relato (Ejercicio del mes de Junio) es....
Cinderella
Steven Curtis Chapman
¿Y que dicen? ¿Les gusto o no?
Un beso
Lu