22 de noviembre de 2011

Como en Casa

“Finalmente se lo que significa dejar que alguien vea
La parte de mí que nadie jamás vio o verá.
Así que si te pierdes, y te encuentras absolutamente sola
Siempre buscaré el modo de traerte a casa.
Aquí y ahora, Es una promesa.”
I´d Come For You, Nickelback.

Se sienta en silencio, con el Block de dibujo sobre sus piernas y la pequeña cartuchera de lápices a su lado, el fresco viento de esa madrugada le daba de lleno en el rostro y mecía con suavidad su castaño cabello desde la abierta ventana de su cuarto. Hace mucho que no se permitía sentir con tanta libertad como en ese momento, la madrugada siempre había sido uno de los instantes del día que mas le gustaba pero desde hace tanto tiempo se había privado de ello. Soltó un suspiro cansado mientras abría el Block en la misma hoja en donde había comenzado a dibujar tanto tiempo atrás. Dibujar siempre había sido un pasatiempo que amaba, trazar trazos y fijar formas, era como dar vida a un mundo nuevo, expresar sensaciones y sentimientos, otra forma de interpretar y manejar lo inmanejable… Era un escape que había utilizado toda su vida, por lo menos, hasta seis meses atrás, cuando dibujar ya no parecía importante y había cosas en las que su mente debía trabajar, en las que su alma debía ocupar su energía en curar.
Pero hoy era 23 de Noviembre y era un día de por si especial para Hannah y para él, su tercer aniversario juntos como una pareja ante Dios, era un día para celebrar y aunque él nunca había sido un chico romántico o demasiado empalagoso, Hannah apreciaba cada uno de los detalles que había  tenido con ella durante toda la vida que había pasado juntos. David no era de palabras, eran contadas las veces que había murmurado un “Te amo” por lo bajo mientras la mantenía cerca, tal vez el día de su boda o cuando Hannah le dijo sobre su embarazo pero eran momento especiales y él solo había sentido la necesidad de Hannah en que se lo digiera, para él los hechos, los actos eran mas importantes y todos los días se había desvivido en demostrárselo.
Y era por eso que esa madrugada había decido dar por terminado ese dibujo, lo había comenzado el día de su boda, con una Hannah sonriente enfundada en su hermoso y blanco vestido de novia, con una corona sobre su negra cabellera y con sus chocolates ojos brillando de amor. Y era precisamente su mirada la que nunca había podido completar, había dibujado y borrado una y otra vez sobre la delicada hoja, tratando de plasmar los ojos amorosos de Hannah, su forma tan especial de mirarlo, de hacerlo sentir el hombre mas importante de todos, el único en su vida, el único al que amaba. Y era esa sensación, la de sentir su mirada sobre sus hombros la que siempre le acompañaba, imaginar su rostro sonriente en su mente y ser traspasado por el amor infinito que cargaban sus ojos.
David podía dibujar a la perfección la curva delgada de sus rosados labios, la rectitud de su pequeña nariz y el borde contorneado de sus cejas y el inicio de su larga y ondulada cabellera, igualmente podía trazar de memoria la figura curvilínea de su cuerpo, su pequeño pero perfecto busto, su delgada cintura, sus largas y contorneadas piernas y detallar el hermoso vestido blanco que ese día Hannah había llevado al altar… El rostro y el cuerpo de Hannah era fácil de memorizar, lo llevaba consigo todos los días, cada mañana al despertar, cada noche al irse a dormir… Hannah siempre estaba con él, todos los días, en cada momento, habían jurado que iba a ser así y lo habían cumplido al pie de la letra.
Traza con cuidado la figura de los grandes ojos de Hannah, siempre le ha irritado el no poder dibujarla como debe ser, pero intentarlo una y otra vez le gusta a ella y es por eso que lo intenta, para ver esa sonrisa que ella siempre le dedicaba cuando le tendía un dibujo. Hannah siempre había sido así de sencilla, así de convencional y normal, siempre se conformaba con los pequeños detalles, con los pequeños intentos que David hacia por, Hannah no necesitaba mas que a David para ser feliz y David jamás necesito de algo mas que Hannah para serlo igual.
Retoca los labios y la nariz y se dirige de nuevo a las pupilas de color chocolates, un color intenso y abrumador, como la primera vez que los había visto, el primer día de escuela cuando Hannah entro por la puerta con su cabello en una trenza… El mismo color de cuando la beso bajo la lluvia un día de enero de seis años atrás cuando decidió dejar atrás la amistad y pasar a ser algo más… Los mismos ojos de cuando se habían casado y prometido estar juntos siempre, en lo bueno y en lo malo… David suspira mientras termina de dibujar su rostro y le da los últimos detalles al dibujo ya comenzado y apenas terminado, había tardado tres años en terminarlo pero lo había logrado y estaba seguro que a Hannah le encantaría, que seria el mas especial aún cuando no la plasmaba por completo a ella. Y suelta una risa suave mientras pega el dibujo a su pecho luego de poner su firma, era su manera de decirle Te amo, era su manera de traerla a casa de nuevo, de poner su cuerpo a su lado y de escuchar su voz otra vez, de sentir el pequeño ser en su vientre y de reclamarla como suya… Hannah era suya tanto como él era de ella y eso lo demostraba al dibujarla, al ser el único que conocida cada detalle de ella y al ser el único en poder intentar plasmarla en un común y vulgar hoja de papel... Hannah era suya y su alma le pertenecida a Hannah. Porque Hannah había sido la única que había conocido al verdadero David, al chico que lloraba con las películas románticas, al chico que prefería quedarse en casa a ir a una fiesta, al chico que al dibujar expresaba todo lo que su rostro y sus palabras no decían… Al chico que la amaba mas que a nada, mas que su vista, mas que su a cuerpo… Al chico que daría todo por Hannah, por tenerla de nuevo.
Y se acuesta con suavidad sobre la cama con el dibujo a la altura de su corazón, con Hannah otra vez a su lado, como hace seis meses había estado… Y cierra los ojos, aunque no hay diferencia, siempre esta oscuro, sea de día, sea de noche… Pero en su mente están los ojos y la sonrisa de su esposa, esta ella y eso… Eso es lo que importa.
Y en la mañana cuando aparezca su hermana con una sonrisa rota, él no la tomara en cuenta, porque él esta ahí por Hannah, se subirá a ese carro por Hannah y dejara que su hermana le ayude por ella. Porque cuando se arrodille en el césped frente a ella y detalle con suavidad las letras en relieve que dictan “Hannah Cruz” todo tomara sentido de nuevo. Y no llorara, no lo hará ni lo hace, porque sabe que ella esta ahí, no físicamente pero si en sus recuerdos, recuerdos que el accidente no afecto y que son los que permiten que pueda traerla de regreso en el dibujo que ha hecho y que le mostrara sin verla y que ella vera sin verle. Porque han pasado seis meses en los que ha vivido en las penumbras, no en las penumbras de una vida sin visión, sino en las penumbras de un mundo sin Hannah, un mundo sin la mujer con la que deseaba pasar el resto de su vida. Y mientras su hermana llora en silencio, él sonreirá y llevara de nuevo el dibujo hacia su corazón… Porque de ese modo la tenía de nuevo, porque ella no se había ido mientras estuviera en su cabeza, en su corazón y David sabia, que aunque no podría ver el resto de su vida nada del mundo, si podría ver a Hannah como todos los días, con su brillante mirada y su deslumbrante sonrisa. Como ese día, con el vestido blanco contoneándose mientras camina hacia el altar para unir su vida con él… Para dar su vida por él y el dar la suya por ella.
(...)

La canción base...

¿Y que me dicen?
¿Capte la esencia del fragmento?
¿Les gusto mi historia?
A mi me encanto escribirla y me emociono por completo.

Espero y les haya guste.
Un beso
Lu

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