18 de septiembre de 2011

Las Luces de la Ciudad.



"Se necesita de un minuto para que te fijes en alguien, una hora para que te agrade, un día para quererlo, pero se necesita de toda una vida para que lo puedas olvidar." 

Siente las lagrimas brotar de sus ojos con mas fuerza que antes, se hace un ovillo contra la pared y esconde su rostro entre sus rodillas, se lleva el puño derecho hacia su boca y lo muerde con fuerza, aprieta los ojos y se ahoga el grito de dolor. Las luces de la ciudad giran a su alrededor, los estridentes sonidos de la actividad nocturna inundan sus oídos y aíslan el sonido de su propio llanto, pueden sentir a la gente caminar por la calle, puede escuchar sus risas, sus palabras y como viven su vida sin preocupación y llora con mas fuerza que antes, llora con mas ahincó porque ella era así, porque a ella tampoco le importaba el momento sino el mañana. Su teléfono celular vibra en el bolsillo de su buzo negro, lo ignora y sigue llorando, lo que menos desea en ese momento es tener que lidiar con los demás, con sus preguntas, con sus palabras de apoyo y consuelo ante esa situación, no quería que alguno de ellos se acercase, que osase siquiera a pensar en que podían brindarle ayuda, ella lo quería a él… Solo a él.
“- Si me pides que me quede aquí, lo hare… Por ti iría hasta el infierno con tal de verte reír… Una beca no será más importante que ti – sus ojos demuestran la preocupación que siente su corazón, su mano aprieta el hombro delgado de la que dice ser su mejor amiga.
- ¡Lárgate! – un nudo cierra el paso del aire hacia sus pulmones, pero aún así consigue hablar con fuerza – No quiero verte mas, solo quiero que te vayas… Después de todo, tienes una vida por delante en la cual yo no estoy dibujada ya – cierra los ojos y corre lejos, choca con la gente que camina con prisa, las luces pasan a velocidades extremas, la ciudad es un laberinto y ella solo busca un sitio en el cual dejarse llevar.”
El recuerdo de lo acontecido tan solo minutos atrás la asalta con ferocidad, su corazón late mas de prisa que antes y siente su cuerpo temblar por la rabia y el dolortodo a su alrededor parece dar vueltas y vueltas y ella no puede dejar de llorar acurrucada en ese rincón de un callejón. Trece años de amistad se iban a la basura, miles de recuerdo de momentos hermosos y valiosos no valdrían ya nada, el dolor remplazaría el sentimiento de felicidad y la oscuridad terminaría por absorberla de una buena vez… Las palabras la madre de Alejandro resuenan en su mente: “No quiere irse, dice que sin ti no lo hará… Es una lastima que no hayas conseguido la beca, pero él lo hizo y es un gran paso para su futuro… No puede desaprovechar esta oportunidad, se que lo que te pido es doloroso, pero piensa en Alejandro… Es lo mejor para él, estoy segura que tomaras la decisión correcta.” 
Alejandro vale para ella tanto que seria capaz de dar su vida entera por él, por su felicidad y continuidad, solo por ver esa mirada iluminada y esa sonrisa coqueta que solo él posee, seria capaz de dar todo, su sangre, su cuerpo, sus sueños y su alma con tal de que este bien, le ama tanto que renuncia a él solo por su felicidad… Y por eso duele tanto. Porque esta dejando ir a la única persona que le ha comprendido, que le ha acompañado en los malos momento, la única persona que la he hecho reír, la ha hecho sentir bien consigo misma, con el mundo a su alrededor… La única persona que le ha prestado su hombro para llorar, que la ha tomado de la mano y la ha rescatado de la peor de las tormentas, la única persona en el mundo a la que ella podía llamar mejor amigo. Pero sabe al mismo tiempo que debe hacerlo, que es lo mejor para él, para el gran futuro que le espera, deshacerse de los lazos de la infancia, no tener que llevar consigo las lapidas de las personas que un día cruzaron por su vida. Él iba a llegar lejos, siempre había sido su sueño y ella, por más que lo desease, no podía robarle lo único que él tenia, lo único en lo que ella no formaba parte. 
Porque hay un momento en la vida de cada uno en el que hay que tomar decisiones importantes, en los que hay que cortar el lazo del pasado y mirar hacia el futuro, hacia el horizonte y pensar en lo que el destino nos tiene preparado, en los caminos que trazaremos, en las vida que conoceremos… Porque hay un momento en el que hay que decir adiós por mas doloroso que esto pueda ser, porque en algún segundo todo cobrara sentido y el rompecabezas de la vida cambiara para ti… Y ella lo sabía. Alejandro tomaría un avión al día siguiente, con un destino fijo que lo separaría de ella por el resto de sus vidas, era algo que ella no podía cambiar y que muy en el fondo no deseaba cambiar…, 
Ahoga un grito de sorpresa y alivio al sentir sus brazos rodearla, conoce aquel tacto, conoce aquella respiración y se sabe de memorias las sensaciones que produce aquel beso sobre su cabeza, puede sentir las lagrimas del chico sobre su cabeza y entonces comprende… Él ha tomado una decisión, él ha decidido dejar que el  futuro se teja con su mano y mientras las luces de la ciudad brillan en la lejanía, ambos lloran, porque hay un momento en la vida de las personas en el que lo que es realmente importante torna vida. Ella ama Alejandro por todo lo que ha vivido a su lado y perderle es doloroso, pero en ese momento, entre sus brazos y con las luces de un ciudad que nunca para a su alrededor, sabe que debe decir adiós… Que lo mejor es quedarse con el recuerdo de un abrazo, de un infancia, de una adolescencia, con cada momento e impregnarlo con las luces, los sonidos del mundo que no se detiene, así ella sienta que su corazón lo hará cuando el la suelte… Esta vez, tal vez para siempre.

(...)

Este relato fue escrito para el ejercicio del mes de Septiembre en el grupo de Adictos a la Escritura. Basado en una fotografía tomada por mi (Fondo del Banner del relato).
Espero les haya gustado.
Un beso
Lu

1 comentario:

  1. Muy lindo y muy triste. Tal vez sea difícil separarse de alguien, pero a veces hay que aceptarla y seguir adelante.
    Besos.

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